Sunday, July 08, 2007

Otra Flauta Mágica en Coruña (julio de 2007)


Críticos hay que se atreven a decir que La flauta mágica es una página fallida de Mozart, cuyo segundo acto está "atiborrado de un didactismo gratuito y machacón, un soberano tostón, vamos, en el que el estro inagotable del salzburgués comparece a fusilazos y la tensión dramática se estanca hasta niveles propicios a la somnolencia y el ronquido."* Confieso que me encantan los exabruptos ajenos y propios y, por tanto, no seré yo quien haga el esfuerzo de rebatir tan desmitificadora andanada. Tal vez todos hayamos visto ya demasiadas flautas y el hartazgo nos indigeste: sabido es que incluso los más excelsos manjares se resisten a ser repetidos sin estomagamiento. Dejemos, pues, el asunto, que traje a colación a propósito de cierto desasosiego que ayer sentí con una puesta en escena en exceso tenebrosa, simbolista y "masónica" del "habitualmente considerado testamento lírico-dramático mozartiano"...* Aparte de la más que discutible, farragosa y oscura puesta en escena, debe destacarse, con todo merecimiento, la prestación vocal e interpretativa de la soprano húngara Erika Miklósa, que se está convirtiendo, junto con Natalie Dessay, en una de las referencias del La Reina de la Noche en los últimos años. Dirigida por Minkovski y con puesta en escena de La Fura dels Baus cantó el mismo rol en el Real de Madrid en julio de 2005, lo grabó con Abbado, para Deutsche Grammophon, en 2006... etcétera. El público coruñés agradeció su entrega y virtud con muy prolongados aplausos tras cada una de las dos arias y al final de la representación. No desmerecieron el resto de las voces jóvenes y entusiastas, masculinas y femeninas, de la valenciana Maite Alberola como sensitiva Pamina, el bergamasco Alex Esposito, estupendo Papageno, el alemán de origen croata Tomislav Muzek (Tamino) que fue yendo a más según avanzaba la representación, la hanseática, rubia, pizpireta y bien plantada Papgena, las tres damas servidas por la bávara Sigrid Plundrich, la catalana Mireia Pintó y mi paisana Marta Knörr, el Monostatos del augsburgués Jürgen Sacher, el Sarastro, algo opaco en los graves más bajos, del búlgaro Sorin Coliban y todos los demás comprimarios, incluidos, por supuesto los tres niños del coro de Tölz. Impecable y muy precisa la dirección de Ros-Marbá al frente de una Sinfonica de Galicia definitivamente superior.
Hasta el año que viene, coruñeses.

*Ignacio SÁNCHEZ QUIRÓS, Scherzo, nº 221 (julio-agosto 2007), pag 21

No comments: