Monday, October 27, 2008

Die Walküre (versión concierto) en Coruña


Dando continuidad al proyecto de la Orquesta Sinfónica de Galicia de representar las cuatro partes de la tetralogía wagneriana, que se inició el año pasado con Das Rheingold, este último sábado de octubre se ofreció al público del Palacio de la Ópera una espléndida versión de concierto de Die Walküre , en la que la formación que dirige Victor Pablo Pérez exhibió con brillantez toda la monumentalidad propia de las partituras del teutón. A la misma altura estuvieron, en su conjunto, las exigentísimas partes vocales, con muy especial mención de las tres voces femeninas principales y de la que dió cuerpo al oscuro Hunding. En efecto, la rusa Elena Zaremba expresó con timbre y tono perfectos todos los matices de astucia, frialdad, vindicación y crueldad que Fricka necesita, la bella germano-oriental Anja Kampe hizo una Sieglinde delicada y firme, tierna y robusta, austera y sensible, y la norteamericana Jennifer Wilson asumió el rol protagonista con fuerza y solvencia. Por su parte, el coreano Attila Jung nos conmocionó con su Hunding imponente y tremendo. El hiperbóreo Juha Uustalo expresó con la grandeza necesaria las sutilezas y retorcimientos de Wotan y, por último, Simon O'Neil se mantuvo correcto, acertado y voluntarioso, aunque tal vez un tanto ahogado. Como bien señala Arturo Reverter en notas al programa de mano, el comprometido papel de Siegmund no tiene las exigencias heróicas de otros personajes wagnerianos, pero se suele encomendar actualmente a tenores en exceso líricos, cuando precisa de otra encarnadura vocal algo más robusta.
Confieso que es sólo la tercera vez que escucho a Wagner en un teatro, "en vivo y en directo", presencialmente. Hasta ahora casi me había contentado con grabaciones enlatadas en vinilo, CD o, en el mejor de los casos, en DVD. Y no es que de esta tercera vez me haya hecho "wagneriano converso" (algunos wagnerianos tienen algo de secta religiosa), pero sí mucho más cálidamente entusiasta (hasta ahora venía siendo sólo tibiamente entusiasta del maestro indiscutible). Esa elevación de la temperatura me lleva a plantear esta temeraria metáfora: en la historia de la ópera hay una sobresaliente nómina de autores con rango heróico (monteverdianos, barrocos, belcantistas, prerrománticos, romántico-verdianos, veristas, "post-istas", etc), pero sólo una divina trinidad: la constituida por Mozart, Wagner y la feliz fusión de ambos conocida en el mundo como Richard Strauss. Que los cristianos me disculpen la irreverente alusión al más arcano de sus misterios. Sabrán hacerlo tanto mejor si consideran que proviene de un ateo militante e irrecuperable.
Dedico con todo mi afecto esta entrada insolvente a mis wagnerianos de cabecera, Dominique y Darío

Monday, October 20, 2008

Vicky Cristina Barcelona


Los muy escasos lectores de esta bitácora saben de mi relación cambiante con la filmografía de Woody Allen, que últimamente tendía a estabilizarse en positivo. Su última película, íntegramente rodada en España, no llega a desequilibrar la tendencia, pero tampoco contribuye demasiado a reforzarla. Sólo un reproche le hago, pero es un reproche de enjundia. Siendo quien es Woody Allen, de ninguna manera puede permitirse a sí mismo transitar peligrosamente, durante los cien minutos de metraje, por los bordes de la cursilería. Y tan peligrosamente transita que no faltan las ocasiones en que cae preso de patas en ella. Son las caídas que hacen poco menos que cargantes los personajes del pintor Juan Antonio y de su papá el poeta, o que banalizan hasta la estupidez las figuras de los anodinos maridos Dough y Mark Nash. Están, por el contrario, muy bien tratadas las tres mujeres principales, aunque casi tan maltratada como su marido la repipi Jenny Nash, interpretada por Patricia Clarkson.
Como avilesino amante de mi ciudad, me fastidió la falta de delicadeza de trasladar a Oviedo el precioso conjunto urbano que forman las calles de San Francisco y Galiana con la plaza de Domingo Álvarez Acebal entre ambas. Alcaldesa, proteste usted.
Espléndido el trabajo de las tres protagonistas femeninas, con especialísima mención del de Penélope Cruz, la apasionada, neurótica, genialoide y racial Maria Elena, aunque para nada desmerezcan el de Scarlett Johansson, la mercurial Cristina (papel más agradecido que sus anteriores de Lost in translation y Match Point), ni el de Rebecca Hall (tanto más guapa cuanto más recuerda a Ariadna Gil), la desconcertada Vicky. Una lástima que la gelatina del personaje no permita a Javier Bardem estar a su altura habitual. Por parecida razón, tampoco puede hacer lucimientos Kevin Dunn como Mark Nash y Chris Messina como Doug.
Por lo demás, no es necesario ser francés para reconocer y admirar la maestría de Allen, presente y distinguible en cualquiera de sus creaciones, incluida ésta. Hay quien opina que sobra o estorba la voz en off del narrador; yo creo que forma parte de las habilidades irónicas con sello "Woody" y para nada perjudica la primacía de la imagen propia del género. A otros la película les pareció "inverosímil" o "aburrida". Con todo mi respeto para tan legítimas valoraciones, me parece que no merece la pena comentarlas.

Sunday, October 05, 2008

La llamada de las tres de la mañana. Paul Krugman


Son las tres de la mañana, pocos meses antes de 2009, y suena el teléfono en la Casa Blanca. Varios fondos de inversión libre de gran tamaño están a punto de quebrar, y es muy probable que se haga el caos cuando abran los mercados. ¿A quién confiaría usted esta llamada?

No estoy siendo melodramático. El plan de rescate rechazado ayer es mucho mejor que la propuesta inicial de Paulson –suficiente, en todo caso, para darlo por bueno. Pero no es lo que actualmente se entiende por un buen plan, y no acabaría con la crisis. Lo más probable es que el próximo presidente haya de habérselas con algunas emergencias financieras serias.

Entonces: ¿Qué sabemos sobre las aptitudes de los dos hombres que, con toda probabilidad, habrán de recoger esta llamada? Pues bien, Barack Obama parece bien informado y consciente sobre asuntos económicos y financieros. John McCain, por su parte, me asusta.

A propósito de Mr. Obama, es una lástima que no haya mostrado un mayor liderazgo en el debate sobre el proyecto de ley de rescate, eligiendo, en cambio, dejar la decisión en manos de los congresistas demócratas, especialmente Chris Dodd y Barney Frank. Pero tanto Obama como los congresistas demócratas cuentan con consejeros muy conocedores de la cuestión, con gestores expertos en el manejo de crisis y siempre disponibles como Paul Volcker y Robert Rubin.

Luego está el temible Mr. McCain, más temible ahora que pocas semanas atrás.

Sabemos desde hace tiempo, por supuesto, que Mr. McCain no sabe mucho de economía –él mismo lo ha dicho, aunque ahora lo desmienta. Eso no sería mucho problema si tuviese buen gusto al elegir consejeros, pero no lo tiene.

Recordemos que su principal mentor financiero es Phil Gramm, el “archidesregulador”, que tuvo especial cuidado en sus tiempos senatoriales en evitar la supervisión de las operaciones financieras “derivadas” (los instrumentos mismos que provocaron la caída de Lehman y A. I. G., y llevo a los mercados de crédito al borde del colapso. Mr. Gramm no ha tenido papel oficial en la campaña de McCain desde que definió a América como una “nación de quejicas”, pero aún se le considera un probable candidato a la Secretaría del Tesoro.

Y el último año, cuando la campaña de McCain anunciaba “una impresionante colección de economistas, profesores y eminentes líderes políticos conservadores” para asesorarle en su política económica, ¿quén era la estrella principal? Kevin Hassett, coautor de “Down 36.000”. Baste con lo dicho.

Ahora bien, en buena medida la pobre calidad de los consejeros de MCCain refleja el harapiento estado intelectual de su partido ¿Ha habido jamás una propuesta económica más patética que la sugerencia de House Republicans de que intentemos resolver la crisis financiera eliminando los impuestos sobre los rendimientos del capital? (las instituciones financieras con problemas, por definición, no tienen rendimientos del capital para gravar).

Pero incluso el presidente Bush, en el crepúsculo de su administración, se ha vuelto una persona relativamente sensible al tomar decisiones políticas. No soy un fan de Mr. Paulson, pero le lleva una gran ventaja a su predecesor. A este respecto, uno tiene la sospecha de que una administración McCain podría hacernos añorar la competencia de la era Bush.

No obstante, la revelación real de las últimas semanas es lo erráticas que son las visiones de McCain sobre economía. En un momento dado, parece tener opiniones muy seguras, pero pocos días después se desmarca en una dirección completamente distinta.

Así, el 15 de septiembre declara, por decimoctava vez, como mínimo, en este año, que “los fundamentos de nuestra economía son fuertes” Esto fue la víspera de que Lehman entrase en bancarrota y Merryl and Lynch fuese intervenida, y la crisis financiera alcanzase un nuevo y aún más peligroso peldaño.

Pero tres días más tarde declaraba que los mercados financieros americanos se habían convertido en un casino, y decía que él habría cesado a la cúpula de la Comisión de Seguridad y Cambios –lo que, por descontado, no figura entre las competencias del presidente.

Y luego encontró un nuevo equipo de villanos –Fannie Mae y Freddie Mac, los prestamistas patrocinados por el gobierno (con independencia de algunos escándalos reales en Fannie y Freddie, éstos desempeñaron muy escaso papel en el origen de la crisis: la mayor parte de las malas operaciones de crédito proceden de los empréstitos privados). Y, de manera moralista, acusa a otros políticos, Mr. Obama incluido, de estar bajo la influencia financiera de Fannie y Freddie: resulta que una firma de la que es titular su propio jefe de campaña estuvo siendo financiada por Freddie hasta el último mes.

Luego Mr. Paulson ve rechazado su plan, y Mr. MaCain interviene vehementemente en el debate. Pero admite varios días después de ser rechazado el plan Paulson, de sólo tres páginas, que no lo había leído.

Pues bien: creo que tienen ustedes el retrato.

La economía moderna se ha vuelto un lugar peligroso – y no es la clase de peligro que se pueda afrontar hablando recio y denunciando malhechores. ¿Tiene McCain el juicio y el temperamento para afrontar esa parte del empleo a que aspira?




Nota: el original inglés de este artículo se publicó el 29 de septiembre de 2008 en el New York Times. Me pareció interesante hacer esta pobre traducción. Pido perdón por las faltas.

Sunday, August 10, 2008

Otra muestra para Deh vieni non tardar...


No está nada mal la Susanna de la sueca Miah Persson, que tampoco desmerece en imagen, porte y credibilidad. Su Fiordiligi es, sin embargo, mucho menos convincente. Juzguen ustedes mismos.

Saturday, August 09, 2008

Giunse alfin il momento...Deh vieni non tardar


Una de las mas bellas arias de amor, si no la más bella, de la historia de la ópera. Cantada, además, con la vindicativa intención de que el celoso Figaro, persuadido de que Susanna la dirige al Conde su señor, purgue su pecado de desconfianza. La canta aquí Diana Damrau, destacadísima teutona de la comprometida cuerda de las sopranos "coloratura" y famosa por sus interpretaciones como Reina de la Noche. Véase que también sabe hacer Susannas de excepción y que cuenta con muchos otros méritos acústicos y visuales.

Monday, June 16, 2008

Pequeño homenaje a Lorraine Hunt-Lieberson

El homenaje está en YouTube. Me he limitado a trasladarlo aquí, para deleite de amigos y conocidos. Lux perpetua luceat ei.

Sunday, June 15, 2008

Recital de Waltraud Meier


La muy esperada actuación de la gran mezzo wagneriana no defraudó a casi nadie y entusiasmó a muchísimos, entre los que se cuenta este humilde servidor de ustedes. El programa ayudaba notablemente a este logro, ya que unía la calidad y belleza de los Lieder elegidos con su popularidad entre los aficionados. El aroma delicado, ligero o intimista de los Lieder de Schubert Wehmut, Die Forelle, Gretchen am Spinnrad y Nachtstück parece, a primera vista, no compadecerse demasiado bien con el torrente vocal de la brillante Venus o la explosiva Kundry con que nos encandila Waltraud Meier. Sin embargo, y en el tramo schubertiano, la wurzburguesa superó con esplendidez las diferencias estilísticas con su repertorio habitual y nos regaló una percepción muy distinta a la que acostumbramos sentir con los intérpretes habituales del maestro vienés. Fue, paradójicamente, en el de acento más trágico (Der Elrkönig), en el que se me antojó observar cierta inadecuación entre las distintas voces que intervienen en el relato, sorprendentemente mejor expresadas en la angustia del niño que en la seducción alucinada del rey de los elfos o en la desarmada protección del padre jinete. Y en esto llegó Richard Strauss. En su entera y verdadera salsa, desplegó Meier toda su inmensa capacidad de seducción, tanto en la primera parte (Cäcilie, Winterwehe, Wie sollten wir geheim sie halten, Morgen, Befreit, Zueignung) como en la segunda, íntegramente dedicada a los Vier letzte Lieder: la explosión vocal en la sílaba send de la palabra tausendfach del último verso del hessiano Beim Schlafengehen, que sigue sin transición ni solución de continuidad a la suave, ensoñada, modulada y bellísima cantilena de und die Seele unbewacht..., dejó sin respiración al público del Rosalía de Castro.
Tres propinas: Urlicht, el Lied de Mahler del ciclo Das Knaben Wunderhorn, que el autor incorporó más tarde como cuarto movimiento de su segunda sinfonía; Wie rafft ich mich auf in der Nacht, el Lied del opus 32, nº 1, de Brahms, sobre versos de Von Platen; y el jocoso Abschied (Despedida), de los Mörike Lieder de Hugo Wolf, con el que se despidió del entregado respetable.

Wednesday, June 11, 2008

Mary-Ellen Nesi - Mezzo Soprano | Μαίρη-Έλεν Νέζη - Mezzo Soprano


Mary-Ellen Nesi - Mezzo Soprano | Μαίρη-Έλεν Νέζη - Mezzo Soprano

Intento que se pueda oír aquí. Lo dudo. Ayer hizo un Rodrigo espléndido y me gustaría hacerle este homenaje. El enlace lleva a la web oficial de la artista y, desde allí, se pueden escuchar tres de sus creaciones: para este viaje no se necesitan las alforjas de mi bitácora.

Wednesday, June 04, 2008

Laia Falcón bis

Nuestra heroína también canta a Händel. Un recital completo, con las nueve arias alemanas, desde el HWV 202 al HWV 210, ambos inclusive. Tal vez por el tamaño de estos registros, el aparataje de este servidor llamado "blogger" parece no permitirme subir ninguno de ellos. Una lástima. De todas maneras es muy fácil encontrarlos con cualquier buscador, Google sin ir más lejos simplemente utilizando como criterio de búsqueda el nombre de la soprano. Cada vez me asombra más su coraje y admiro con mejor fundamento su capacidad de publicitarse. Sus dotes vocales son las de una soprano ligera (con vocación y pujos de lírica), de no mucho volumen, pero su genio interpretativo (actoral) es infinito: va de pizpireta a trágica con versatilidad de maestra de las tablas. Con todo, debo repetir que lo que más me gusta de ella es su portentosa habilidad para ser ubicua en la red, hacer autopromoción inteligente y tocar un repertorio de palos que van desde las recetas de mojo picón (heredadas de su abuelo) hasta los virtuosismos en ciencias de la comunicación.

Monday, June 02, 2008

Laia Falcon


Me doy licencia para retomar mi desatendida bitácora con una bagatela inocente de internauta ocioso. Descubrí a esta ilustre dama de la comunicación y del canto navegando con la brújula averiada por el proceloso mar de las huevas líricas. Con el mayor de los respetos y una dosis no escasa de admiración, digo, en primer lugar, que esta heroína tiene voz de gata preñada -y quizás deba añadir que me encantan las mininas y más aún las gestantes. Tiene voz de gata preñada, canta bien y se le escucha con deleite. Su registro grave es bastante estrechito y sus agudos no van muy allá, pero sigue cantando bien y se le sigue escuchando con deleite. Su repertorio abarca Mozart, Spohr, Schubert, Falla, Serrano, Turina, Gounod, Grieg y Weil, entre otros y con ninguno sale mal librada. Desde su página se puede acceder a todas estas calas. También nos podemos enterar de la fecha y el lugar señalados para la lectura de su tesis doctoral. En suma, que además de cantar bien y compendiar en si misma todo un tratado de autoestima, merece los elogios de determinada prensa especializada, a la que jamás osará contradecir este su seguro servidor cuyas deterioradas hormonas de viejo verde no son insensibles a los encantos de esta mujer con nombre que le hace justicia ("la que bien habla") y apellido de feminista señera (o de soprano epónima de determinada modalidad de la voz sopranil, que no es precisamente la suya propia).

Wednesday, February 13, 2008

Adversus Weber: Publicidad y Contrarreforma


La conferencia episcopal española y la iglesia católica en general pueden darse por muy satisfechas: no sólo se les tolera campar por sus respetos (por sus irrespetos, debeberíamos decir) sino que gozan del favor de los creativos publicitarios cuando éstos ponen en solfa las supuestas virtudes industriosas y comerciales -capitalistas- de la llamada ética protestante. Me explico. Un reciente anuncio televisivo, que tiene su gracia, nos presenta a un joven y audaz propietario de restaurante moderno que, armado de cuadernillo y lápiz, se acerca a la mesa de un cliente con cara de panoli connaisseur y, muy untuoso, le recita: "Sublimación de huevo semicrudo, en deconstrucción de pomme de terre, regada con zumo de oliva arbequina". En la imagen siguiente, el mismo joven audaz, acompañado de su ayudante, destapa una tortilla de patatas, bastante descolorida y un tanto escuálida, mientras el fámulo vierte un vino dudoso sobre la copa del asombrado cliente. La moraleja no se hace esperar: no necesitas recurrir esto para hacerte rico, juega con el cupón de la ONCE. O sea: el azar frente al ingenio; la divina providencia contra el esfuerzo; la suerte sobre la "virtud". (Por favor, que nadie me replique que la conducta que se afea en favor de la fortuna es la de un pequeño estafador: ¿qué negociante no lo es en mayor o menor medida?). Creíamos que los valores luteranos y calvinistas del esfuerzo individual y la bondad de la riqueza a su través estaban muy bien asentados en nuestras occidentales democracias productivas. Ya vemos que no es así. Felicidades, Ratzinger. Congratulaciones, Rouco. Jueguen al cupón sus eminencias. Quizás así puedan autofinanciarse y liberarse del opresor yugo zapateril sin necesidad de que el muchacho pierda las elecciones.

Sunday, January 27, 2008

Expiación


Mi primera entrada, bastante tardía, del año 2008, vuelve a ser una reseña cinematográfica y de nuevo recaigo en el joven director británico Joe Wright, ya comentado en esta bitácora a propósito de su versión de Orgullo y prejucio. Otra novela, no tan distante de la de Jane Austen, a pesar de los casi doscientos años que median entre la publicación de Pride and Prejudice y la de Atonement, y de los muy distintos modos de afrontar un relato y sumergirse en un ambiente que separan a Austen de McEwan, inspira la brillante labor creativa de este londinense que hubo de sufrir en su infancia la pedagogía supuestamente especializada que se destina a los niños disléxicos.
Alguien dijo, y con razón, que cualquier película que supere los noventa minutos de metraje tiene ya de entrada muy severas dificultades no sólo para lograr el favor del público sino también para alcanzar la excelencia en la calidad. A esta de Joe Wright para nada le estorban sus ciento treinta minutos en los que que en ningún momento se cansa o aturde al espectador y nunca se pierde o sobra un solo compás de un ritmo narrativo ajustadísimo, preciso y precioso. Tampoco hay un solo exceso de emotividad gratuita y la tensión dramática se sostiene con sobriedad, contención y eficacia muy poco frecuentes. Igual que en su precedente, Orgullo y prejuicio, la dirección de actores es magistral, dicho sea sin la menor merma del talento individual de cada uno de ellos. Especialmente llamativa la aportación de esa niña de pelo de panocha que se llama Saoirse Ronan y encarna a Briony Tallis en el momento en que perpetra su caprichosa vileza, pero también impresionan el sobrio James McAvoy como Robbie Turner, el héroe protagonista; la bellísima Keira Knightley como pasional Cecilia Tallis y la inolvidable veterana Vanessa Redgrave como Briony Tallis, anciana y apopléjica, definitivamente expiada. Igualmente brillantes están los comprimarios Juno Temple (la peligrosa pelirroja Lola Quincey), los niños Charlie y Felix von Simson (los inquietos gemelos Jackson y Pierrot Quincey), Benedict Comberbatch (que sabe dar el justo toque de repelencia al magnate chocolatero Paul Marshall) y, sobre todo, Brenda Blethyn (Grace Turner, la ama de llaves, madre del héroe protagonista).
Un solo "pero" cascarrabias, quisquilloso y muy probablemente injusto y equivocado: Evidentemente enamorado de la pintura, Joe Wright nos da un recital algo obvio de recomposiciones de lienzos célebres que van desde el cinquecento y la escuela holandesa a los impresionistas y los prerrafaelitas, que no deja de agradecerse, aunque pudiera ser prescindible. El dúo de Rodolfo y Mimi del primer acto de La Bohème puccinesca, a volumen variable, ilustra adecuadamente los sucesivos ensayos epistolares fallidos de Robbie Turner, el último de los cuales fraguará su dicha momentánea y su tragedia ulterior.