Monday, October 20, 2008

Vicky Cristina Barcelona


Los muy escasos lectores de esta bitácora saben de mi relación cambiante con la filmografía de Woody Allen, que últimamente tendía a estabilizarse en positivo. Su última película, íntegramente rodada en España, no llega a desequilibrar la tendencia, pero tampoco contribuye demasiado a reforzarla. Sólo un reproche le hago, pero es un reproche de enjundia. Siendo quien es Woody Allen, de ninguna manera puede permitirse a sí mismo transitar peligrosamente, durante los cien minutos de metraje, por los bordes de la cursilería. Y tan peligrosamente transita que no faltan las ocasiones en que cae preso de patas en ella. Son las caídas que hacen poco menos que cargantes los personajes del pintor Juan Antonio y de su papá el poeta, o que banalizan hasta la estupidez las figuras de los anodinos maridos Dough y Mark Nash. Están, por el contrario, muy bien tratadas las tres mujeres principales, aunque casi tan maltratada como su marido la repipi Jenny Nash, interpretada por Patricia Clarkson.
Como avilesino amante de mi ciudad, me fastidió la falta de delicadeza de trasladar a Oviedo el precioso conjunto urbano que forman las calles de San Francisco y Galiana con la plaza de Domingo Álvarez Acebal entre ambas. Alcaldesa, proteste usted.
Espléndido el trabajo de las tres protagonistas femeninas, con especialísima mención del de Penélope Cruz, la apasionada, neurótica, genialoide y racial Maria Elena, aunque para nada desmerezcan el de Scarlett Johansson, la mercurial Cristina (papel más agradecido que sus anteriores de Lost in translation y Match Point), ni el de Rebecca Hall (tanto más guapa cuanto más recuerda a Ariadna Gil), la desconcertada Vicky. Una lástima que la gelatina del personaje no permita a Javier Bardem estar a su altura habitual. Por parecida razón, tampoco puede hacer lucimientos Kevin Dunn como Mark Nash y Chris Messina como Doug.
Por lo demás, no es necesario ser francés para reconocer y admirar la maestría de Allen, presente y distinguible en cualquiera de sus creaciones, incluida ésta. Hay quien opina que sobra o estorba la voz en off del narrador; yo creo que forma parte de las habilidades irónicas con sello "Woody" y para nada perjudica la primacía de la imagen propia del género. A otros la película les pareció "inverosímil" o "aburrida". Con todo mi respeto para tan legítimas valoraciones, me parece que no merece la pena comentarlas.

1 comment:

Anonymous said...

"No voy a extenderme en el comentario de esta entrada ya que estoy
prácticamente de acuerdo con todo lo que en ella se dice. Me atrevería a
decir que podría haberla escrito yo si escribiera tan bien como el autor de
este blog. No es la primera vez que Woody Allen demuestra su habilidad para
filmar a mujeres y sacar toda la sensualidad que llevan dentro. En esta
película a una le entran casi ganas de pasarse al bollo. Sobre todo, si
tenemos en cuenta el plantel masculino que nos presenta Woody Allen. Resulta
increíble (pero cierto) que un hombre tan atractivo y con tanto tirón como
Javier Bardem pueda resultar tan ñoño y poco interesante y no se puede
entender que tamañas mujeres se vuelvan locas por él. No se puede creer que
Cristina y María Elena no se hayan liado antes.
Añadiría sin embargo una crítica al final que no me acaba de convencer. Me
pareció una manera fácil de huir del final fácil. Resulta evidente que el
trío Juan Antonio-Cristina-María Elena tenía que fracasar(todo era demasiado
bonito y perfecto) y que Vicky y Juan Antonio no podían terminar juntos,
aunque sólo fuare para daar credibilidad a la famisa frase de María Elena
según la cual sólo los amores frustrados son reales (o algo así, cito de
memoria y estoy muy cansada) pero creo que podría haber encontrado algo
mejor. Tentada estoy de sugerir que María Elena, Vicky y Cristina se lo
monten juntas pero no nos vamos a poner estupendos tampoco, digo yo."


Un beso


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