Wednesday, February 28, 2007

Emilio I el Ludópata


¡Meigas fora! El título de mi entrada de hoy en absoluto quiere sugerir que el actual presidente del órgano de gobierno de Galicia dilapide los cuartos de los contribuyentes en el bingo, en la ruleta de La Toja o en garitos clandestinos de póquer. Aclarémonos, pues. En la web institucional de la Junta gallega se puede leer hoy este titular: "Pérez Touriño proclama "la apuesta nítida y sin ambigüedades" en la defensa del litoral acordada en la cumbre galaico - asturiana de Oviedo." Felicito al litoral y me congratulo de que su noble defensa haya sido acordada en mi Asturias natal. Entre parientes consanguíneos, aunque sea en cuarto grado colateral, las cosas se arreglan mejor. No es esa la cuestión por la que me pongo picajoso. Lo que me provoca leve prurito es la monocorde insistencia del señor presidente en utilizar el verbo apostar cada vez que enhebra una frase de más de tres palabras. Si nos atenemos a sus manifestaciones orales y escritas, Don Emilio, en persona, y el gobierno que preside, como colectividad, se pasan los días y las noches apostando: apuestan por la extensión de las nuevas tecnologías en el ámbito rural, por la conexión de alta velocidad con Portugal, por la planificación urbanística respetuosa, por la galleguización de la enseñanza pública, por la participación de los usuarios en la gestión de la sanidad, por la mejora de los piensos para la cabaña vacuna, por la promoción de la moda autóctona y por todo cuanto esté en oferta política. Y ahí esta el problema: Touriño y sus consejeros se esfuerzan en darnos la impresión de que carecen de intenciones, de proyectos, de empeños, de voluntades, de afanes o de propósitos; de que, simplemente, apuestan. Alguien dijo que el primero en comparar la mujer con una rosa fue un genio y el segundo y los siguientes unos mentecatos. Es precisamente eso lo que me irrita. En tiempos de la manida transición, a alguien (no sé a quien) se le ocurrió un buen día decir algo así como "los socialistas (o los ucedeos, o los populares, o los comunistas, o los convergentes o los vascos, etc.) apostamos por...". Y ahí se armó la tremolina. Al día siguiente, a la semana siguiente, al mes siguiente y en los lustros y decenios sucesivos se prodigaron las apuestas políticas con tal intensidad que la inicial metáfora ocurrente se convirtió en un latiguillo insufrible. Pérez Touriño es un usuario demasiado avanzado del topicazo molesto y lo repite cada vez que abre la boca. ¿Se trata de una pobreza léxica lamentable o es acaso la expresión exacta y precisa de que, en política, resulta preferible apostar, esto es arriesgar al azar el logro o la frustración de unos objetivos, a programar, estudiar, trabajar y vencer obstáculos en su prosecución?

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