Saturday, December 23, 2006
Magdalena Kozená - Mozart
Magdalena Kozená - Mozart
Sigo como propagandista desinteresado de las estrellas de Deutsche Gramophon. Mis querencias son demasiado evidentes. Por eso mismo, me recreo en hacerlas públicas, sin beneficio (ni oficio).
Thursday, December 21, 2006
El Requiem de Mozart visto por Álvaro Zaldívar
Los amigos de la ópera han vuelto a traer al ilustre profesor y alto funcionario del Ministerio de Educación, Álvaro Zaldívar, para ilustrarnos con su visión crítica del Requiem de Mozart. El brillante musicólogo nos deleitó con una pirueta intelectual sin duda admirable: partir de una apreciación discutible para llegar a una conclusión ingeniosa y sumamente convincente. Apreciación discutible: la nada misteriosa misa de difuntos del salzburgués no sólo es una pieza incompleta, con añadidos y remiendos de muy distintos paños, descuidada en más de una ocasión, sino que no pasa de la segunda fila dentro del ingente y genial corpus mozartiano; sin embargo ha pasado a la historia, por la razón de que en arte el tiempo también crea, con la condición de obra identitaria de su autor. Conclusión ingeniosa y sumamente convincente: Mozart jamás tuvo un interés mínimamente entusiasta en cumplir con el encargo del bizarro conde que quiere homenajear a su difunta esposa adornándose con plumas ajenas y, por tanto, jamás se sintió a sí mismo como destinatario de la obra que él debía componer y el insigne badulaque presentar y firmar como propia. Por esas mismas razones, la fue postergando una y otra vez, procrastinando un día sí y otro también, hasta que llegó la pelona y se lo llevó sin concluir la encomienda. Poderosos avales de la tesis: en los cinco meses largos que transcurren entre el día en que el mensajero del conde entrega a Mozart su encargo y el momento en que éste exhala el último suspiro, el genio compone no menos de seis obras maestras, todas ellas perfectamente conclusas, entre las que se cuentan nada menos que La flauta mágica, el Concierto para clarinete y orquesta K 622, el breve, edulcorado y bellísimo Ave Verum Corpus o la Pequeña cantata masónica K 623, y no conviene olvidar que La flauta mágica y el Concierto para clarinete son también encargos, aunque de sus amigos Schikaneder y Städtler, como asimismo es encargo, institucional y regio, La clemencia de Tito, ópera infravalorada, con tema y libreto bombásticos y pasados de moda, pero cuya música tiene momentos sublimes.
Anna Netrebko - Russian Album
Anna Netrebko - Russian Album
Sigo haciendo publicidad gratuita de Deutsche Gramophon y sus estrellas. Pero es que Anna Netrebko me pone mucho...
Monday, December 18, 2006
Paralelismos descompensados
Los numerosos aficionados a los paralelismos, equidistancias, simetrías, convergencias extremeñas y demás caprichos geométricos han tenido estos días ocasión muy propicia para darle gusto a su poco simpática querencia. Con motivo de las exequias fúnebres de uno de los más detestables asesinos políticos del siglo pasado, un nieto del puerco sanguinario y otro nieto de una de sus víctimas han dado rienda suelta a sus humores, para gloriarse uno de la infamia de su ancestro y para escupir el otro sobre el abominable fiambre del ejecutor del suyo: ancestro infame y ejecutor abominable son la misma odiosa persona, al fin extinta e incinerada (con el consiguiente riesgo de contaminación). La ruindad equidistante, con gesto de hipócrita atrición, nos vendrá a decir que uno y otro, aunque con muy equivocadas maneras, han expresado vehementemente el amor a sus antepasados. Añadirán que uno lo hizo impecablemente vestido de impoluto uniforme blanco y el otro hecho un arrapiezo, y que el primero no traspasó el umbral de la buena educación mientras que el segundo gastó un gesto de rufián de taberna. Melifluamente, invocarán también el respeto que se debe a los muertos y a las ánimas del purgatorio. Bien se ve que la centrada equidistancia ya se nos va desviando un tanto y que el fiel amenaza con descompensaciones y desvíos. Pero da igual, porque los ilustres equidistantes seguirán equidistantemente satisfechos, con la enorme satisfacción del deber cumplido en su ardua tarea de romanadores. Nada peor le puede ocurrir a un equidistante que ponerse en el lugar moral de la escena que sopesa: distinguir entre víctimas y verdugos es un error físico intolerable en un sistema de pesas y medidas que se precie de científico y objetivo.
Observen bien que el nieto de la víctima da la espalda a un paredón. Cada hombre y cada cosa, en su lugar. Descansen.
Friday, December 08, 2006
Deutsche Grammophon - Player. Hélène Grimaud
La astucia comercial de artistas, promotores y discográficas es ingeniosa y fértil. He aquí una brillante muestra. El triángulo Schumann-Wieck-Brahms tiene indudable gancho. Grimaud y Deutsche Gramophon lo han sabido explotar a ciencia y conciencia, con la inestimable ayuda de von Otter y la Staatskapelle Dresden, estupendamente dirigida por Pekka-Salonen. Doña Hélène, la bella amante de los lobos, toca muy bien y se lo monta aún mejor. Enhorabuena.
Monday, December 04, 2006
Sunday, November 26, 2006
Fabulistas
Friday, November 03, 2006
La derechona
Wednesday, October 25, 2006
Disuelta en humo
En forma de dietario y con el marchamo del género de intriga policíaca, pauta Bartolomé su relato en el decurso de las trece últimas jornadas de nuestra última guerra civil. Muy breves introducciones en cursiva glosan, al inicio de cada entrada en el registro del día, acontecimientos significativos e ilustran al lector sobre el panorama bélico, social y político, español y extranjero, que se va dibujando de manera no por previsible menos dramática. Esta referencia a la estructura de la novela resulta pertinente porque considero ese formato como uno de sus muchos y muy sobresalientes aciertos. Sólo de muy pocos de estos aciertos me ocuparé ahora: dar cuenta de todos excedería con mucho el tiempo que la prudencia y la elemental cortesía aconsejan para una ceremonia de este estilo.
Varias de las reseñas que he podido leer sobre Disuelta en humo destacan aspectos estilísticos y hablan de cosas como pulso cervantino, que sé que a Fernando le halagan mucho, pero que, precisamente por ser Fernando quien es, diré, con su venia, que me parecen una forma como otra cualquiera de tomar el rábano por las hojas y de resaltar lo obvio. Me explico. La familiaridad de Bartolomé con los autores del siglo de oro español es tal que, sin exagerar demasiado, se puede decir que incluso en su hablar cotidiano se expresa como lo hacen Gracián, Quevedo o Lope en sus ensayos, sonetos y comedias. Le viene de sabiduría y oficio. Por eso, nada tiene de extraño que su prosa esté impregnada de ese perfume clasicista que tanto llama la atención de sus neolectores. Mejor me cuadra a mí ponderar, en lo que a formalidades se refiere, la vivacidad de sus diálogos o el uso de un léxico expresionista, rico, eficaz y contundente con el que, además de frases redondas, logra imprimir carácter plástico a sus criaturas de letra. Un solo ejemplo entre mil: la utilización del verbo caparrear en su justo y adecuado lugar dota a escena y personaje de un color certero, de una exactitud y precisión inimaginables.
Más me interesa detenerme un poco en la envergadura moral de los dos personajes principales de la novela y en el carácter propio de ésta. Hay bastante de camusiano en el policía cincuentón y autodidacta Santiago Bragado, lombrosiano y sentimental, y el cirujano aristócrata y entregado Pedro Aventín, malcasado y santo laico. Componen ambas figuras un contrapunto trágico cuyo encuentro final es la consecuencia ineluctable de unos impulsos vitales irrefrenables y autodestructivos, arrastrados por un viento histórico emponzoñado.
Para su bien, Disuelta en humo no es una novela política en el sentido habitual que a la combinación del tal nombre y tal adjetivo se suele dar. Pero no es, no podría jamás ser – y quien conozca a Fernando lo sabe – una novela ahistórica. Muy al contrario, es una novela concienzudamente histórica – y ello en más de un sentido. El acercamiento de Bartolomé a sus personajes es profundamente compasivo en el más noble y etimológico sentido de la palabra. Y la mirada que dirige al abrumador telón de fondo –el final de la guerra- es lúcida y honestamente comprometida (también en el mejor sentido de la palabra), pero en absoluto privada de emoción. No puede ni debe permitírselo a sí misma una persona capaz de reconocer en el inicio del poema sinfónico Mazeppa, de Listz, los sombríos compases de La Varsoviana.
Compasiva, lúcida, honesta, comprometida, también indignada… Así es la mirada de Fernando Bartolomé a los últimos días de esa guerra incivil, con unos vencidos humillados y autotraicionados y unos vencedores no sólo totalmente exentos de generosidad, sino dispuestos a llevar a cabo una operación de exterminio y execración que, por la parte de la execración, perdura, o intenta perdurar, hasta nuestros días. Esta descomunal vileza se ejecuta bajo los auspicios de un régimen que era, sí, una tiranía cruel, pero también, y por encima y por debajo de eso, una mezquinocracia sin dignidad y sin lustre que sumió al país entero en un marasmo de grisura y acanallamiento cuyas consecuencias aún sufrimos.
Wednesday, August 02, 2006
Retratos nada imaginarios. 4.- Ulrika
Retratos nada imaginarios. 3.- Casandra
Tuesday, August 01, 2006
Retratos nada imaginarios. 2.- Calpurnia
Monday, July 31, 2006
Retratos nada imaginarios. 1.- Doña Sol
Saturday, July 15, 2006
Abuelazgo
Sunday, July 02, 2006
Sara Montiel
Contemplando la imagen que ilustra esta entrada, no pude resistir la tentación de hacerle este homenaje, aunque sí la de hacérmelo a mi mismo. Cosas de la edad.
Va por usted, doña Sara.
Il Comte Ory
En la imagen elegida, la puesta en escena es la misma que anteayer hemos contemplado. Sólo que en ella está Juan Diego Flórez, que habría culminado una velada, digna de todos modos de feliz recuedo. Marc Laho es un tenor belga, rechoncho y correctito, cuya voz palidece y se esfuma ante la sola evocación de la del peruano. Hay un DVD que recoge una interpretación suya del mismo personaje (Ory) en el festival de Glyndebourne de 1999, en el que Diana Montaigue hace un Isolier bastante mejor que el de Francesca Provvisionato. Excelente y muy guapa la soprano rusa Irina Samoylova (Adéle), muy en su sitio el barítono bajo Simón Orfila (Le Gouverneur) y apropiada la mezzo Marina Rodríguez-Cusí como Ragonde. Los demás, ni fu ni fa.
Las banderitas de colores arco iris que se agitan en la escena final ¿son otro guiño de Lluis Pasqual? Andrés, que es muy sabio, cree que no.
Recital de Isabel Rey
Veintiuna canzonette son muchas canzonete aunque sean ligeras y graciosas, se distribuyan en dos partes con un intermedio, se completen con un aria de ópera y, con todo, no ocupen más tiempo que una hora y diez minutos. Tal vez por eso mismo, Isabel Rey, por iniciativa propia, sin hacerse nada de rogar, declaró que tenía ganas de hacer más música y se arrancó con el Fado de Halffter cuando aún no habían acabado los aplausos, algo fríos, de un público con cara de circunstancias. Vino despúes el vals de Mussetta (Quando m'en vo), porque, al parecer, La Bohème forma parte del repertorio de esta soprano mucho más mozartiana que pucciniana. Cantó luego con delicadeza suma y sensibilidad muy cálida Deh, vieni non tardar...Giunse alfin il momento, la deliciosa aria de Susanna del cuarto acto de Le nozze di Figaro. La emoción alcanzó aquí muy altas cimas y tal vez hubiese sido ese el momento de encenderse las luces. Pero la valenciana quiso darse -y darnos- el gusto de ponerse picaruela y cantó Quel sguardo il cavaliere, de Don Pasquele, que debió de servirle de ensayo y precalentamiento muy anticipado de la función que, según nos informó, tenía hoy a las dos de la tarde. Y con esto nos despedimos hasta el año próximo.
Adelgazó considerablemente la señora Rey y luce imagen estilizada, elegantemente enfundada en vestido de color oro viejo. Sugestiva, aunque las marcas de edad se hagan más visibles con esta nueva fugura. Se me ocurrió hacer una porra conmigo mismo y pronosticar que lleva encima cincuenta y siete primaveras. ¿Puede alguien decirme si he acertado?.
Tuesday, June 13, 2006
DOS SONETOS LAUDATORIOS
DOS SONETOS LAUDATORIOS AL EXCELENTÍSIMO SEÑOR
PRESIDENTE DEL GOBIERNO
Jefe eres popular y carismático,
Orador de verbo fácil, preciso,
Sabio, cabal en el decir, conciso,
Elegante, viril, de perfil ático.
Mereces ser considerado como
Avezado estadista, gran político,
Robusto prócer de talante crítico,
Infatigable cid de recio aplomo.
Aquellos que negaron tu talento
Antes de conocerte deberían
Zambullirse entre el oprobioso lodo.
No sin tacha asimismo quedarían
Aquellos que de uno u otro modo
Reacios son a ver tanto portento.
Entre una turbamulta de corruptos
Supiste alzar tu voz siempre tronante,
Ungido por la gracia del desplante,
No dudaste en correr riscos abruptos.
Pujol te requiere, cúmplete Anguita,
Ilustre tribuno; tu buen gobierno
Justo en el fondo, pulido en lo externo,
A muchos deja lo que a pocos quita.
Tardará España en alcanzar un día
Regidor como tú, don tan preciado,
Ínclito varón, cuya nombradía
Se hace universal, y será pecado
Tenerte por maldad o por falsía
Eludido o del poder apartado.
*En efecto, según he podido comprobar, el 14 de abril de 1929, La Nación publicaba, bajo seudónimo, el siguiente soneto:
Paladín de la Patria redimida,
Recio soldado que pelea y canta,
Ira de Dios que cuando azota es santa
Místico rayo que al matar es vida:
Otra es España a tu virtud rendida;
Ella es feliz bajo tu noble planta;
Sólo el hampón, que en odio se amamanta,
Blasfema ante tu frente esclarecida.
Otro es el mundo ante la España nueva;
Rencores viejos de la edad medieva
Rompió tu lanza, que a los viles trunca.
Ahora está en paz tu grey bajo el amado
Chorro de luz de tu inmortal cayado
¡Oh pastor santo! ¡No nos dejes nunca!
Monday, June 12, 2006
Metaliteratura de excelente ley: El pecho, de Philip Roth
Sunday, June 11, 2006
La Cena, de Brisville
Saturday, June 10, 2006
Il dissoluto punito, de Ramón Carnicer
Lo que ayer, en primicia, hemos visto y escuchado, dentro de la programcación del festival Mozart, es un más que obvio refrito mozartiano-rossiniano, un saludablemente descarado pastiche vienés-belcantista. Por esas mismas razones, está de más cualquier comparación que se estuviera tentado a hacer con los maestros de Salzburgo y Pesaro. El mismo texto de Lorenzo da Ponte al que Mozart puso música, con algunos añadidos y unas pocas más supresiones, con un orden secuencial algo cambiado (que en nada afecta al conjunto de la trama) y prescindiendo por completo del final "moralizante", sirve a Ramón Carnicer para su incursión en terrenos no por trillados menos inquisitivos. Decíamos que estaban de más las comparaciones y no las haremos. Desde la obertura, están muy claras las resonancias y las referencias e incluso alguna cita textual musicalmente explícita: ¿qué importa, pues, que poco más tarde el aria del catálogo sea más melancólica y mucho menos punzante que la de Mozart o que, ausentes los personajes de Zerlina y Massetto, asuman alguna de sus peripecias Dona Anna y Don Ottavio (un zampabollos avant la lettre, más tonto aún que el que perfila Mozart ), o incluso que el papel de Donna Elvira esté notablemente desdibujado? Carnicer pretendía mucho más ensayar y homenajear que emular o competir. Baste pues constatar que su intento y su propósito tienen logros y aciertos muy sobresalientes, entre los que es obligado destacar las secuencias finales de cada uno de los dos actos que alcanzan muy elevadas cotas de nobleza, hermosura musical y dramatismo de buena ley.
Sunday, June 04, 2006
Otra vez el Festival Mozart
Thursday, May 11, 2006
Familias "monomarentales"
A ver si podemos aclararnos un poco.
El vocablo parental proviene, obviamente, del latín parens-tis, participio activo del verbo parire (=parir). Parens es, pues, quien pare y, por extensión, quien engendra (o, mejor, quien fecunda o insemina). Parentes son, en consecuencia, la madre (que pare) y el padre (que insemina o fecunda). En una siguiente extensión semántica, son parentes (=parientes) todos los unidos por una relación consanguínea o, incluso, afín. Está claro que, en este caso, los que nos interesan son el padre (que insemina o fecunda) y la madre (que concibe y pare). En estos estrictos téminos, la única familia monoparental de todos los tiempos sería la formada por Jesucristo y su madre, siempre que se acepte la sinrazón de que María permaneció virgen antes del parto, en el parto y después del parto, caso extraordinario y único de partenogénesis humana. Chorradas aparte, quedamos en que son parentes tanto la madre como el padre (y, si me apuras, más la madre que el padre, pues es ella la única que pare, con o sin "couvade").
Sin ponernos tiquismiquis, podemos admitir la parasíntesis "monoparental", siempre que ello se refiera a una familia constituida por un hijo, o varios, y sólo uno de sus dos progenitores. Pero, ciertamente, lo de "monomarental" es un despropósito lingüístico y una "cantada" ignara y paleta. Son las consecuencias nefastas de querer ser políticamente correcto a toda costa.
¡Ay, "mare" mía, que la virgen ("monomarental") de los desamparados nos ampare!
Wednesday, May 10, 2006
Der Besuch des alten Dumm, oder Der Kulturkommissar, oder "Ridicule"
Por obvio que resulte, necesito explicar el título de esta entrada: se trata -discúlpenme la prescindible aclaración- de un torpe juego de palabras con el título original del célebre drama de Dürrenmatt La visita de la vieja dama, sustituyendo, con las necesarias adptaciones de género gramatical, Dame (=Dama) por Dumm (=tonto).
En el intermedio de la representación del Don Carlos verdiano que tuvo lugar ayer en mi ciudad de residencia, me encontré con un vecino de mi ciudad de origen, levantino de nación y amante, según sus propias palabras, del cuadrante noroccidental de la península, que usurpa más que ocupa un alto cargo en la administración cultural del municipio. Venía el sujeto a estudiar, a cata y a cala, las posibilidades de llevar a su jurisdicción a la compañía búlgara que perpetraba el desaguisado. Loable y esforzado propósito de un funcionario eficiente y resolutivo.
Debería, en todo caso, de haber sido yo el sorprendido por el encuentro. Pero esta clase de individuos posee la virtud de volver del revés cualquier situación, por peregrina que ésta sea y, como si lo más natural y lógico del mundo fuese su presencia a cuatrocientos kilómetros de de su casa o de su lugar de trabajo en día de labor y lo más absurdo e inimaginable la mía en un espectáculo en el lugar en que vivo, exclama el iluminado:
- ¡Pero bueno...! ¿Cómo tú por aquí?.
Como es fácil de imaginar, el comisario de cultura es un hombre untuoso y relamido, engolado y pedantón, menudito y con pujos de seductor caduco, se autorreputa de afrancesado y no pasa de precioso ridículo. Por otra parte, debe de andar circunstancialmente muy necesitado: se le iban los ojos tras el culo espléndido de la alcaldesa pepera (que, sin que sirva de precendente, ornaba con su palmito un evento operístico), como los de un hambriento tras un chorizo de Cantimpalo.
De los búlgaros y su versión de Don Carlo, mejor no hablar mucho: si no se hubiesen merendado el primer acto enterito, si no hubiesen cambiado arbitraria y gratuitamente el final de la obra, si, por el contrario, se hubiesen cargado, por incompetencia absoluta, al fulano que interpretaba al Marqúes de Posa en el inicio mismo de la representación, sin esperar al lugar propio del acontecimiento en el cuarto acto, su actuación podría haberse tolerado, pese a lo casposo y cutre de la escenografía y a la sustitución de las sandalias del Gran Inquisidor por mocasines blancos con adornos de goma negra.
Monday, May 01, 2006
Una camarera que se parece a Virginia Woolf
Pasé este fin de semana con estrambote en mi ciudad natal. Menguadas están sus antiguas glorias industriales y su presunta prosperidad siderúrgica, lo que no impide que tenga una sorprendente ocupación hotelera que llegó al cien por cien en estos tres días de vacación. Sus visitantes no deben ser demasiado andariegos, ni siquiera paseadores, porque las calles del centro histórico ofrecían un aspecto más bien tristón y ralo. Estaban, al parecer, llenos los restaurantes y tabernas especializados en cocina y bebida regionales. Por eso, y también por razones de amistad y de fuerza de la costumbre, acudí a los sitios que más frecuento para abrevar y pastar. Uno de ellos, que utilizó José Luis Garci para ambientar alguna secuencia de su película You are the one, está regentado por un viejo amigo, mejor persona que empresario, cuyos empleados, bastante cambiantes, gozan del dudoso privilegio de la desfachatez controlada, que ejercen con los clientes de confianza, entre los que me cuentan. Siempre creí que el más antiguo de los camareros, especialmente deslenguado, era el mejor cualificado para hacerse con la titularidad del negocio una vez que su dueño actual se decida a darle gusto a su inveterada vocación de rentista. Pero me bastó oir dos frases a una nueva empleada, una uruguaya con la mirada en la caja y el perfil en la parroquia, para darme cuenta de que esta joven, acuciada por la precariedad del inmigrante, le merendará las aspiraciones con cuchillo y tenedor a su veterano compañero. Se parece a Virginia Woolf y tiene mucho más de wolf que de virginia. Triunfará.
Monday, April 10, 2006
Carta abierta a Lucía Etxebarría
Premio Planeta
Muy señora mía:
Acabo de leer la columnilla que, con el título La gauche divine, publica usted hoy en un periódico de difusión gratuita, promovido precisamente por el grupo editorial que tuvo la avilantez de otorgarle a usted su premio estandarte no recuerdo bien que año.
Utilizando como fuente un diario bien conocido por la generosidad con que trata a personas y personajes de izquierda cuando arroja sobre ellos todas sus inmundicias, nos habla de la fortuna personal de Bernard Henri-Levi y de la novela de su hija Rien de grave.
Permítame, antes que nada, un ejercicio inocente de pedantería cicatera. El nombre francés que designa al conjunto de municipalidades y barrios de la periferia de París tiene género gramatical femenino y se escribe banlieue y no banlieu como usted o, menos probablemente, el corrector de guardia han escrito. Por otra parte, hay en esa banlieue inmigrantes y desheredados de la fortuna, pero también zonas residenciales de muy alto copete. No se olvide usted, Doña Lucía, de que Vincennes por el este, o por el oeste Neully, Versailles y Rambouillet forman parte de la periferia. Por último, Saint Germain des Prés, con tanto prestigio de barrio intelectual (a saber por qué), es, ciertamente, una de las zonas más caras de París, pero el dudoso privilegio de ser la más cara lo venía ostentando hasta hace bien poco el distrito dieciséis. Peccata minuta y pelillos a la mar.
Lo enojoso, lo verdaderamente molesto, es considerar al proclamado nuevo filósofo Bernard Henri-Levi como un ejemplar de la izquierda francesa, sea ésta divine o humaine. Estamos bastante acostumbrados a que usted, en sus pintorescas apariciones públicas, confunda la velocidad con el tocino, el culo con las témporas y la gimnasia con la magnesia. Pero hoy se supera usted a sí misma. Me puedo imaginar la estupefacción del propio interesado si llega a enterarse del despropósito. Enhorabuena, señora Etxebarría: hoy ha confundido usted la bisectriz con la gripe del pollo (o de su hembra).
No he leído Rien de grave y, por tanto, no puedo pronunciarme sobre su calidad literaria. Pero mucho me temo que, en el peor de los casos, no ha de ser inferior a la de cualquiera de las novelas, es un decir, que usted viene perpetrando.
Sunday, April 09, 2006
Tirante el Blanco
Saturday, April 08, 2006
La fiesta del chivo
Sunday, April 02, 2006
El discurso del energúmeno
Wednesday, March 29, 2006
El juego de los fracasos y el juego de los escaques
Mi hija, que es profesora de español en un liceo de la banlieue parisina, me cuenta que uno de sus alumnos, en un ejerciccio de redacción, le mostró la siguiente perla: "me gusta jugar al juego de los fracasos". Como no parece probable que un adolescente adopte para sí una tan lúcida filosofía de perdedor, no nos queda otra opción que la de pensar que el muchacho fue traicionado por su diccionario y, simplemente, consultó échec, en singular y en primera acepción, y se encontró con un fracaso verdaderamente cantarín y tal vez premonitorio. El curioso error puede dar bastante juego para ejercicios de literatura recreativa, pero no es ese mi propósito. Demasiado influido por la actualidad, incurriré con pertinacia en el feo vicio de volver a husmear en el asunto del alto el fuego permanente anunciado por ETA. Lo siento por Doña Elvira Lindo: tal vez tenga yo una insospechada vocación de manifestista.
Saturday, March 25, 2006
Volver
Se tomó algún tiempo Pedro Almodóvar, desde La mala educación, para retomar la cámara. En ese sentido, el título de la película autoriza a interpretarlo también como una proclamación. Vuelve, en efecto, y lo hace con dos de sus actrices favoritas, otras dos de nueva incorporación al grupo, una vieja gloria imprescindible y una promesa en flor. Y vuelve con una historia con inconfundible sello de fábrica, una historia manchega y universal, sentimental y esperpéntica, tremendista y tierna, melodramática y cómica. O sea, con una historia genuinamente almodovariana. El resultado es tan brillante y conmovedor como siempre y con otro cuartillo añadido de madurez y perfección con el que Don Pedro nunca deja de aderezar cada una de sus sucesivas creaciones. También como siempre luce esplendorosamente su capacidad proverbial para la dirección de actrices y nos ofrece a una Penélope Cruz despojada de glamour, más bella que nunca y mostrando una insospechada vis dramática de actriz de raza. Carmen Maura, desmelenada y desbordante, está a la altura de sí misma. Lola Dueñas confirma y revalida su espléndida labor en Mar adentro, con un papel muy distante del de la amiga de Ramón Sampedro. Blanca Portillo aporta credibilidad superior. Chus Lampreave se regodea como clásica del autor. La niña Johana Cobo es la naturalidad en estado puro. E impecable, como no podía ser de otra manera, la fotografía de Alcaine.
Friday, March 24, 2006
Alto el fuego permanente (2)
Traducir a tontas y a locas
1. Versión alemana (Das unmögliches Hirtenlied ): Es gibt keine Rose als meiner Schäferin Lippen.
2. Versión francesa (petite pastorale solennelle): Il n'ya point de rose comme les lèvres de ma bergère.
3. Versión italiana (una pastorella audace): Non ha più rosa come i labbri della mia pastorella.
4. Versión portuguesa (a verdadeira dimensâo da lirica pastoril): Nâo hà rosa como os beiços da minha zagala.
Cuando mi hija, traductora e intérprete profesional -y una de mis escasísimas lectoras- tenga conocimiento de que estoy jugando con sus cosas de comer me va a repudiar como padre. Perdóname, Sariña bonita: son pecados y sandeces de vejez.
A otros profesionales de la lingüística y la traducción, que les den dos duros. Ya sé que tienen muchísimas cosas que enseñarme, entre otras que el libreto de Los Gavilanes no es precisamente una novela pastoril y, en académica consecuencia, la palabra zagala, "en el contexto de la obra", no debe tomarse sino en su primera acepción de "muchacha soltera" (DRAE). Se me da una higa. A mi me gusta que sea pastora y ahí queda eso.
*Ilustración de la entrada: BOUGUERAU: The young Shepherdess, 1885. San Diego Museum of Art.