Mi hija, que es profesora de español en un liceo de la banlieue parisina, me cuenta que uno de sus alumnos, en un ejerciccio de redacción, le mostró la siguiente perla: "me gusta jugar al juego de los fracasos". Como no parece probable que un adolescente adopte para sí una tan lúcida filosofía de perdedor, no nos queda otra opción que la de pensar que el muchacho fue traicionado por su diccionario y, simplemente, consultó échec, en singular y en primera acepción, y se encontró con un fracaso verdaderamente cantarín y tal vez premonitorio. El curioso error puede dar bastante juego para ejercicios de literatura recreativa, pero no es ese mi propósito. Demasiado influido por la actualidad, incurriré con pertinacia en el feo vicio de volver a husmear en el asunto del alto el fuego permanente anunciado por ETA. Lo siento por Doña Elvira Lindo: tal vez tenga yo una insospechada vocación de manifestista.
Wednesday, March 29, 2006
El juego de los fracasos y el juego de los escaques
Mi hija, que es profesora de español en un liceo de la banlieue parisina, me cuenta que uno de sus alumnos, en un ejerciccio de redacción, le mostró la siguiente perla: "me gusta jugar al juego de los fracasos". Como no parece probable que un adolescente adopte para sí una tan lúcida filosofía de perdedor, no nos queda otra opción que la de pensar que el muchacho fue traicionado por su diccionario y, simplemente, consultó échec, en singular y en primera acepción, y se encontró con un fracaso verdaderamente cantarín y tal vez premonitorio. El curioso error puede dar bastante juego para ejercicios de literatura recreativa, pero no es ese mi propósito. Demasiado influido por la actualidad, incurriré con pertinacia en el feo vicio de volver a husmear en el asunto del alto el fuego permanente anunciado por ETA. Lo siento por Doña Elvira Lindo: tal vez tenga yo una insospechada vocación de manifestista.
Saturday, March 25, 2006
Volver
Se tomó algún tiempo Pedro Almodóvar, desde La mala educación, para retomar la cámara. En ese sentido, el título de la película autoriza a interpretarlo también como una proclamación. Vuelve, en efecto, y lo hace con dos de sus actrices favoritas, otras dos de nueva incorporación al grupo, una vieja gloria imprescindible y una promesa en flor. Y vuelve con una historia con inconfundible sello de fábrica, una historia manchega y universal, sentimental y esperpéntica, tremendista y tierna, melodramática y cómica. O sea, con una historia genuinamente almodovariana. El resultado es tan brillante y conmovedor como siempre y con otro cuartillo añadido de madurez y perfección con el que Don Pedro nunca deja de aderezar cada una de sus sucesivas creaciones. También como siempre luce esplendorosamente su capacidad proverbial para la dirección de actrices y nos ofrece a una Penélope Cruz despojada de glamour, más bella que nunca y mostrando una insospechada vis dramática de actriz de raza. Carmen Maura, desmelenada y desbordante, está a la altura de sí misma. Lola Dueñas confirma y revalida su espléndida labor en Mar adentro, con un papel muy distante del de la amiga de Ramón Sampedro. Blanca Portillo aporta credibilidad superior. Chus Lampreave se regodea como clásica del autor. La niña Johana Cobo es la naturalidad en estado puro. E impecable, como no podía ser de otra manera, la fotografía de Alcaine.
Friday, March 24, 2006
Alto el fuego permanente (2)
Traducir a tontas y a locas
1. Versión alemana (Das unmögliches Hirtenlied ): Es gibt keine Rose als meiner Schäferin Lippen.
2. Versión francesa (petite pastorale solennelle): Il n'ya point de rose comme les lèvres de ma bergère.
3. Versión italiana (una pastorella audace): Non ha più rosa come i labbri della mia pastorella.
4. Versión portuguesa (a verdadeira dimensâo da lirica pastoril): Nâo hà rosa como os beiços da minha zagala.
Cuando mi hija, traductora e intérprete profesional -y una de mis escasísimas lectoras- tenga conocimiento de que estoy jugando con sus cosas de comer me va a repudiar como padre. Perdóname, Sariña bonita: son pecados y sandeces de vejez.
A otros profesionales de la lingüística y la traducción, que les den dos duros. Ya sé que tienen muchísimas cosas que enseñarme, entre otras que el libreto de Los Gavilanes no es precisamente una novela pastoril y, en académica consecuencia, la palabra zagala, "en el contexto de la obra", no debe tomarse sino en su primera acepción de "muchacha soltera" (DRAE). Se me da una higa. A mi me gusta que sea pastora y ahí queda eso.
*Ilustración de la entrada: BOUGUERAU: The young Shepherdess, 1885. San Diego Museum of Art.
Thursday, March 23, 2006
Alto el fuego permanente
Wednesday, March 22, 2006
Cabaret literario
Vivir en una ciudad de provincias tiene sus ventajas. En la que yo vivo, hay un restaurante que han puesto de moda la progresía señorita local y cierto diario de difusión panespañola. Como no podía ser de otra manera, está ubicado en lo que con una suave dosis de ironía benévola se podría llamar la milla de oro del lugar, en un lateral de la planta baja de un museo de más que dudosa utilidad. Los fines de semana ofrece cenas con espectáculo, de menú cerrado y a precio bastante razonable. El viernes pasado tocaba cabaret literario. Acudí sin saber qué me esperaba, arrastrado por unos amigos, casi tan ignorantes como yo de lo que se cocía, dispuesto a tragar lo que me echasen. A decir verdad, la cosa salió bastante bien. Autor y actores salieron del trance mucho más que dignamente. Tres mozos animosos y dos mozas pizpiretas cantaron, bailaron, recitaron, declamaron y dialogaron músicas y textos ingeniosos, algo provocativos, decentemente desvergonzados, hilarantes a veces, con deriva intelectual y algo lastradillos de ideología. Curiosamente, el barco no escoró a babor ni a estribor, más bien zapicó de popa sin bandazos y llegó a puerto con el casco y la tripulación muy enteros.
Monday, March 20, 2006
Match Point o Dostoyevsky al revés
Partiendo de una situación clásica y tópica de arribista con encanto, se llega a un final también clásico, aunque con una conclusión poco ortodoxa (la vuelta del revés de Dostoyevsky), pero impecablemente coherente con la tesis determinante: el éxito o el fracaso no dependen de nuestro esfuerzo ni de nuestras habilidades, sino del puro azar, tal como sucede en una partida de tenis en la que la pelota que roza el borde de la red decide la suerte última cayendo de un lado u otro de aquélla. Como esta pirueta narrativa constituye el gigantesco gag que es la película entera y, a la vez el desenlace del poco apretado nudo que sigue a un planteamiento nada extraño, no se puede, naturalmente, desvelar sin reventar intriga y chiste. A disfrutar de Woody Allen, que sigue siendo un genio.
Sunday, March 12, 2006
Truman Capote
Después de haber leido la esplendorosa columna que hoy mismo publica Manuel Vicent en El País sobre Truman Capote, A sangre fría y todo lo demás, nadie - y yo menos que nadie - debería atreverse a escribir ni una sola palabra sobre el espinoso asunto de las servidumbres de la belleza. Sólo apelando a la impunidad de que gozamos los perfectos desconocidos y los abandonados por el sentido común, me permito, vista la película y leída la columna, hacer unos banales comentarios sobre aquélla y unas ingenuas consideraciones acerca de ésta. Refiérense los comentarios a las tres virtudes fundamentales que, en mi opinión, posee el filme de Bennet Miller: la magistral reconstrucción de los ambientes de época, la dirección de actores (aunque, evidentemente, Philip Seymour Hoffmann no precise del tal batuta) y el planteamiento sobrio y exacto de lo que, para entendernos, llamaremos la cuestión moral. Y a tal cuestión moral se refieren - ocioso es adelantarlo - las consideraciones en torno a la columna vicentina.
¿Era rigurosamente imprescindible, tanto para la coronación imperecedera del éxito comercial masivo de los episodios por entregas como para la definitiva gloria literaria de Capote, la ejecución final de los dos convictos? ¿Era ese cálculo sólo una aprensión de Capote? Se admiten conjeturas y especulaciones de todo tipo e invito al personal a pronunciarse.
Frivolidad penúltima: Nominadas para diversos premios de la Academia Brokeback Mountain, Transamerica y Truman Capote, ¿está Hollywood saliendo del armario? Si así es, ¿es rentabilísima esa salida?
Wednesday, March 08, 2006
Brokeback Mountain
No me atrevo a decir y no seré yo quien diga que la interpretación de Jake Gyllehaal (Jack Twist) es mejor o más brillante que la de Heath Ledger (Ennis del Mar). Supongo que ya alguien habrá hablado de la inmensa talla de los "secundarios", desde Randy Quaid (Joe Aguirre) a Michelle Williams (Alma Bess del Mar); desde Linda Cardellini (Cassie Cartwright) a Anne Hathaway (Lureen Newsome).
Chorrada final: Curioso el parecido físico (¿intencionado?) entre Heath Ledger y George Bush Jr.
Sunday, March 05, 2006
Orgullo y prejuicio
Como no podía ser menos tratándose de una coproducción con participación británica mayoritaria, la arquitectura y el paisaje, la flora y la fauna, la arboleda y la campiña, el verdor y la bruma están tratados con delectación y lujuria, con el añadido meritorio de constituirse en elementos del relato tan decisivos como la exaltada prudencia y recatada belleza de Liza Bennet o la altiva timidez y soterrada fogosidad generosa del señor Darcy.
Poco más que añadir, salvo las loas ineludibles a la espléndida interpretación de todo el elenco, con las obligadas menciones especiales al trabajo de la deliciosa Keira Knightley como Elisabeth Bennet, del sobrio Matthew Mefadyen como Mr. Darcy, del sabio y veterano Donald Sutherland como Mr. Bennet y de la soberbia Claudie Blakley como Charlotte Lucas. Por cierto, se me ocurre que Matthew Mefadyen podrá ser un espléndido Chateaubriand en una imaginaria versión televisiva de qinientos capítulos y más de dos años de emisión de las Memorias de ultratumba del vizconde