Sunday, October 14, 2007

HORTELA MOURISCA letra (Amália Rodrigues) ♫



HORTELA MOURISCA letra (Amália Rodrigues) ♫:

























"Vem o sol de agosto, vou dormir no prado,
Tudo lá é de gosto, sem ferro de arado
A cama está feita de hortelâ mourisca
E a macela espreita com graça e belisca

Hortelã mourisca por entre a macela,
Vem lavar teu rosto no orvalho dela!
Hortelã mourisca pela madrugada,
Beijarei teus olhos, rosa perfumada!

Sob um mar de estrelas de flor de macela,
Não tenho fronteiras, não tenho janelas!
Tenho a minha amada, cotovia arisca,
Toda perfumada de hortelã mourisca!"

Cantaba Amalia Rodrigues en sus últimos años esta preciosa cantiga popular, que ahora nos hacen disfrutar Mafalda Arnauth o Maria Ana Bobone. Gocémosla.

Los milagros de Attali


Hace algunas semanas envié a varios amigos la traducción de un artículo de Jacques Attali sobre el futuro de la ópera, porque me pareció entonces y me sigue pareciendo ahora que contenía sugerencias e ideas admonitorias y estimulantes para todos los que amamos esa expresión artística. Uno de estos amigos me advirtió sobre las discutibles virtudes del Attali economista y político, con independencia de las que pueda tener el Attali operófilo. Y me acompañaba otro artículo de Jean Gadrey, publicado en Le Monde y titulado Les objectifs "insoutenables" de la commission Attali, en el que lúcidamente se critican las muy "optimistas" y triunfales propuestas de desarrollo del notable y versátil consejero áulico de sucesivos ocupantes del Palacio del Elíseo. Le respondí a a este sabio amigo con una breve glosa, de la que hizo inmerecido elogio, animándome a publicarla en esta bitácora. Obediente y halagado, paso a reproducirla con vanidad estúpida, aunque no exenta de rubor pudibundo. Hela aquí:
"De la lectura del artículo de Jean Gadrey se desprende que, en su nueva tarea consejeril, Attali sigue haciendo alarde de una curiosa y tramposa manera de "razonar": partiendo de una premisa falsa, pero aparentemente obvia (axiomática) llega, en triple salto mortal, a unas conclusiones que combinan la brillantez de la utopía posible con la fascinación de los juegos malabares. Como cuando explicaba que democracia y mercado son logros históricos que van indisolublemente unidos, como gemelos siameses, y que de ninguna manera resulta posible (ni deseable) una intervención quirúrgica que los separe. Sólo hay que practicar una serie de correcciones redistributivas y socialmente productivas a los desajustes del mercado para que, lograda la erradicación de las injusticias sociales que eventualmente provocan, alcancemos la perfección democrática, mercantil y universalmente próspera que nos hará felices y solidarios a todos. Ahora nos predica que debemos partir de que desarrollo económico, social y humano es sinónimo de crecimiento del PIB, que a su vez es compatible en términos absolutos con el desarrollo sostenible y el cuidadoso respeto del entorno. ¡Olé la gracia!"